2015 - El año en que me encontré a mi misma

jueves, 24 de diciembre de 2015


Desde los confines de Susurros en la Corte y desde el centro de mi corazón, deseo dejar constancia de los momentos que han dejado huellas no solo en las palmas de mis manos, sino también y sobre todo en mis pensamientos y en mis recuerdos. Ansio por dedicarle estas palabras al 2015, el año en que me encontré a mi misma en medio de la bella nada,... Tuve el gran placer de tropezarme con 12 meses, que tan solo esperaban una cosa de mi: Ser yo misma. Y eso fue justo lo que hice. Luchando en una batalla invisible, vencí y la recompensa era la felicidad absoluta.
Con que estaba armada? Con un corazón sincero y dispuesta a perderlo todo con tal de cumplir sueños, que llevaban conmigo prácticamente toda una vida... Hice que esos sueños se cumplieran y mi corazón no latía,.. volaba. Igual que las golondrinas en una cálida noche de verano. Me encontré con ellos en el condado de Derbyshire, bajo los tejados de una casa suntuosa llamada Haddon Hall. Cuando percataron de que manera observaba completamente maravillada, como deslizaban sus alas con la rapidez de un rallo, me tejieron unas iguales a las de ellos, pero solo visibles para aquellos que buscan y confían. Y desde ese instante, las llevo puestas,.. a veces plegadas, a veces abiertas, pero siempre intentando honrarlas con mi afán de sentir al igual que los rallos del sol, las gotas de lluvia sobre ellos.
Fueron días como este, que me demostraron la belleza del mundo en el que vivimos, la importancia de saber quienes realmente somos, de dónde venimos y adónde nos dirigimos.
Los 12 meses que muy pronto se desvanecerán, convirtiéndose en un capitulo más del gran libro de la vida, me hicieron creer firmemente en la magia, la pasión, la amistad y en que a veces pueden ocurrir milagros...dicen que la fe mueve montañas, pero no estoy hablando de la fe en dios, sino en la fe en nosotros mismos, es mi alma la que se dirige a las vuestras, tal y como soy.
Han sido muchas las vivencias que han hecho que cambiara, libros que me han hecho viajar, lugares que me han hecho soñar, y personas que me han regalado su fidelidad y su confianza absoluta sin pedir nada a cambio.
Todo ello formando parte de un maravilloso caos que suelo llamar destino.
Y a veces tan solo se trata de si debemos seguir leyendo o si debemos cerrar el libro.

Hagas lo que hagas, ten la certeza de hacerlo con amor, porque solo entonces sabrás si habrá valido la pena o no.
En mi caso ha valido la pena, porque finalmente me convertí en un solo año en arqueóloga, arquera y exploradora de Edimburgo.
Como ha surgido? Lo cierto es que desconozco la razón... Solo sé que de pronto me vi arrodillada en una tumba medieval en el corazón de York en plena primavera, descubriendo no solo tesoros del pasado, sino también a personas a los cuales me veo incapaz de olvidar, en otro me encontré caminando por las calles sombríos de la legendaria Edimburgo y cuando menos me lo espero descubro que voy lanzando flechas de madera con un longbow, como si no hubiera un mañana.

Y entre estos momentos llenos de hallazgos históricos, gaitas escocesas y arcos tradicionales han habido otros, que no solo cambiaron mis planes de vacaciones, sino también y sobre todo a mi. El descubrimiento más relevante e inesperado sin duda alguna de este año ha sido el de las hermanas Brontë.
Hasta podría decir que cada una de ellas, Charlotte, Emily y Anne Brontë han sido mis heroínas personales de este año.
Es curioso como puede llegar a cambiar todo en un instante,...
Unos meses atrás vi por una casualidad destinada, la película de Jane Eyre con Michael Fassbender y Mia Wasikowska. Debo admitir que hasta este momento, no había oído demasiado de las obras de las hermanas Brontë, excepto quizás la novela de Cumbres Borrascosas, que aunque no la había leído, el título me había acompañado casi toda la vida.
El caso es, que por vez primera después de muchísimo tiempo, me quedé completamente fascinada y petrificada mientras veía una película. No podía apartar la mirada, por nada del mundo quería perderme ni una palabra de Jane, ni un simple gesto del Sr. Edward Rochester, ni el paisaje oscuro y hermoso de Thornfield Hall.
Al acabar la película, y los ojos llenas de lagrimas, sentía en lo más profundo de mi ser una extraña y abrumadora conexión hacía esta historia inmortal, que no me dejaba pensar en otra cosa. Quizás pueda sonar extraño, pero esa historia me enriqueció de tal manera, que notaba firmemente como la mente se abría lentamente camino y que ésto tan solo era el principio.
Los días pasaron y sin poder olvidarme de aquella historia escrita por una joven soñadora, dotada del don de la literatura, llamada Charlotte Brontë en 1847, comencé a leer sobre quién era "la madre" de Jane Eyre realmente.
Su vida al igual que la de su personaje, había sido atormentada, dura pero a su vez extremadamente fascinante y llena de una pasión innata que escondía tras su pluma.
Trágicamente la tuberculosis se la llevó aún siendo una joven, al igual que a sus cuatro hermanas y hermano.
Una vez descubiertas y sacadas a la luz las vidas de cada uno de los miembros de la familia Brontë es imposible que estas te dejen indiferente. Sus novelas legendarias, como Jane Eyre, Cumbres Borrascosas y Agnes Grey han cambiado no solo el curso de la historia, sino también el de muchas personas a nivel mundial.
Muchos son los que viajan hasta el pueblo remoto situado entre los desolados páramos peninos del condado de West Yorkshire, para poder contemplar el lugar dónde nacieron personajes como Heathcliff y Cathy, Jane y Edward. Y este año yo he sido uno de ellos.
Un día de verano me senté en un tren y desde el pueblo pintoresco de Stratford Upon Avon, famoso por su conexión con William Shakespeare, crucé los condados de West Midlands, Stratfordshire y Derbyshire hasta llegar a West Yorkshire, otro lugar conectado con la literatura inglesa para poder adentrarme por fin en las Cumbres Borrascosas.
Y ahí estaba yo de repente, tras haber cambiado todos mis planes que había hecho para mis vacaciones en Inglaterra hasta que vi Jane Eyre,...
Me encontraba en Haworth, un pueblo completamente detenido por el tiempo, lleno de magia e historia. Caminando por las calles inclinadas en medio de los páramos salvajes y extremadamente bellas, inspiras la memoria de cada una de las hermanas Brontë. Marcaron tanto el pueblo de Haworth, fueron tantas las huellas que dejaron en cada rincón, que es como si aún estuvieran ahi,...sentadas en su jardín, escribiendo y soñando con mundos ocultos. Visitar su casa que hoy en día es un museo, es posiblemente uno de los honores más grandes que pueda haber, al igual que entrar en el pub "The Black Bull" donde el único hijo varón, Branwell Brontë, solía beber algo más de la cuenta y en la legendaria farmacia dónde compraba opio y láudano. Un pueblo hermoso, fuera de lo normal, absolutamente lleno de espíritu y una atmósfera llena de magia que se ha quedado impregnada en mi corazón.
Sus obras, sus vidas me hicieron creer en magia y en el amor en todas sus formas y es por ello, que forman parte de mi y jamás me quiero deshacer de esa sensación tan enriquecedora.
Estén dónde estén, paseando por los ventosos paramos, tocando el piano en su casa o redactando poesías para la inmortalidad, espero que de alguna u otra manera escuchen mis palabras de agradecimiento.
Hay cosas que nos ligan a un lugar. Algunos permaneces atadas a un terreno o una fecha concreta. Otras se aferran a un sentimiento, a un impulso, una perdida o un amor.
Creo firmemente en ello. Cada vez que algo se hace con amor, la silueta de tu alma se queda impregnada en ello,... y según la fuerza que tenga, podría perdurar siglos y desafiar al mismo destino.
Al igual que me marcaron las hermanas Brontë, también lo hizo mi querido Charles Dickens con el pequeño Oliver Twist a principios de año, C.J. Sansom con su maravillosa novela "Sovereign", que conseguió que viajara por el tiempo de tal manera que me estremecí, Hilary Mantel con "Wolf Hall", que hizo que ampliara mi horizonte al igual que mi corazón y dejarle un sitio al mismísimo Thomas Cromwell, el descubrimiento de la emocionante vida de Eleonor de Aquitania, a la que algún día seguiré los pasos, al Castillo de Warwick por desafiarme a intentar tirar 3 flechas con un longbow por primera vez en mi vida y haber sentido como la euforia se hacía con mi cuerpo y mi alma. Siendo éstos los protagonistas de mi año 2015 aún existen un sinfin de detalles, canciones, puestos de sol, viajes en tren, gotas de lluvia, chocolates calientes, paseos por los páramos, miradas fugaces, cervezas negras y sueños cumplidos que han hecho inolvidable este año.
Gracias a todo aquel, k haya contribuido por el motivo que fuera y por el tiempo que fuera, para que se cumplieran todos estos casualidades enredados para un único propósito: Alcanzar la felicidad plena.

Gracias a ustedes, mis queridos lectores, por haberme acompañado durante estos 12 meses, por vuestras palabras, vuestro tiempo y dedicación para que este blog sea igual de especial que todos ustedes.

FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO

Siempre vuestra,
Sydney

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