Juana I de Castilla - La reina que no estaba loca

sábado, 9 de febrero de 2013

Juana I de Castilla - la reina que no estaba loca

Nuestra protagonista de este día, no está relacionada realmente con la Dinastía Tudor pero aún asi, siento la necesidad, teniendo este blog, de redactar un artículo en memoria a una bella dama, cuyos seres más queridos fueron los culpables, de que hoy en día sigue teniendo el mote injustificado de "La Loca".

Una ambición soberbica y enfermiza que no tan solo sentía su padre, sino también su marido y por desgracia su propio hijo. Todos ellos, uno tras otro, inventando una locura, un estado mental, para poder usurparle el trono.

Una vida desafortunada y triste que merece ser contada y difundida.
Soportando un sin fin de sufrimientos mientras vivió, aunque habría que preguntarse si eso realmente se podría llamar vivir, o más bien vegetar hasta que llegue la muerte, intentemos al menos ahora, que sabemos la verdad, recordarla tal y como ella fue:
Una mujer inteligente, rebelde y extremadamente apasionada.

Dejemos a un lado la ignorancia y la represión de la mujer y olvidémonos del mote por la que tristemente es conocida y llamámosla Juana, la Reina de Castilla.

Juana I de Castilla

Juana nacio en la antigua capital visigoda de Toledo el 6 de noviembre de 1479 siendo la segunda hija de Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla. Desde muy pequeña recibió una esmerada educación, propia de una infanta, basada en la estricta obediencia en el serio y itinerante ambiente de la corte castellana. Juana era una aventajada alumna en comportamiento religioso, urbanidad, buenas maneras y manejo propio de la corte, sin desestimar artes como la danza y la música y el entrenamiento como amazona. Además sabía de lenguas romances propias de la Península Iberica, como también el francés, el latín y el manejo de varios instrumentos musicales.

Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón

Siendo aún una niña pequeña sentía un gran interés hacía la teología y su deseo era convertirse en monja. Pero sus padres, los Reyes Católicos, ya habían planeado un futuro algo distinto.
Como era la costumbre en la Europa de aquellos siglos, sus padres negociaron los matrimonios de todos sus hijos con el fin de asegurar sus objetivos diplomaticos y estrategicos.
Ambos conscientes de las aptitudes de su hija Juana y de su posible desempeño en otra corte, asi como la necesidad de reforzar los lazos con el Sacro Imperio Romano Germánico, planeaban la boda entre Juana y Felipe Archiduque de Austria, duque de Borgoña, Brabante, Limburgo y Luxenburgo, conde de Flandes, de Habsburgo, de Hainaut, de Holanda, de Zelanda, Tirol y Artois y señor de Amberes y Malinas entre otras cuidades.

En agosto de 1496 con 16 años partió Juana desde la playa de Laredo (actual Cantabria), despidiéndose de sus padres y hermanos, iniciando su rumbo hacía la lejana y desconocida tierra flamenca, hogar de su futuro esposo.
Pero esta travesía tuvo algunos contratiempos obligando a Juana a tomar refugio en Portland (Inglaterra) el 31 de agosto. Cuando la flota pudo acercarse a Middelburg, Zelanda, una nave genovesa que transportaba a 700 hombres y las vestimentas de Juana y muchos de sus efectos personales, chocó contra un banco piedras y arena y se hundió.
Pero esta quizás advertencia, solo había sido el comienzo de un futuro solitario y desgraciado.

Cuando Juana y Felipe finalmente se vieron por vez primera, se quedaron absolutamente fascinados, enamorándose nada más verse. Tanta fue la locura que sintieron el uno hacía el otro, que no pudieron ni quisieron esperar hasta el día del enlace. Deciden saltarse el protocolo y ambos ordenan un rápido casamiento.
Esta mutua atracción hacía prever una buena relación, sin embargo las cosas iban a cambiar en un futuro no muy lejano.
Este amor a primera vista, acompañaria a Juana durante el resto de su vida, mientras que para el voluble Felipe, fue tan solo fruto de unos pocos meses.
Ya que, aún sintiendo tanta atracción y tanta devoción por su joven y bella esposa, muy pronto perdió el interés en la relación.

Felipe I de Castilla 

Juana tenía una extraordinaria capacidad de amar y de entrega a sus seres amados y era absolutamente apasionada, pero el carácter promiscuo de su esposo, hizo que éste desease estar con otras mujeres además de con la suya.
Ésto propició continuos ataques de celos en Juana, algo hoy en día completamente comprensible.
Pero en aquella época este comportamiento "rebelde" y "apasionado" no era algo usual para una dama, cuyo deber consistía en entender el carácter de su esposo con respeto y además en silencio.

Pero Juana sencillamente no estaba dispuesta a permitir, que su amado esposo compartiera su lecho cada noche con una mujer diferente, por lo que aparecieron los enfrentamientos entre los esposos, mientras sufría una serie de crisis nerviosas, que entonces muchos señalaron como brotes de locura.

Tampoco ayudaron demasiado los continuos embarazos por los que pasó, ya que en nueve años trajo al mundo a un total de seis descendientes.

- Leonor (1498) Fue reina de Portugal y en segundas nupcias reina de Francia 
- Carlos (1500) Emperador Carlos I de España y V de Alemania
- Isabel (1501) Reina de Dinamarca
- Fernando (1503) Emperador de Alemania
- Maria (1505) Reina de Hungria y Bohemia
- Catalina (1507) Reina regente de Portugal

Felipe y Juana

 Viendo que su esposo no cambiaba de actitud, puso de su parte todo lo posible para retornar a las apasionadas relaciones, emprendiendo a la vez una estrecha vigilancia del infiel compañero, lo que dio lugar a una infinidad de situaciones algo embarazosas.
Juana vigilando a su esposo, y pese al avanzado estado de gestación de su segundo embarazo, del que nacería Carlos, el 24 de febrero de 1500, asistió a una fiesta en el palacio de Gante. Aquel mismo día tuvo a su hijo, según se dice, en los lavabos del palacio.

Su desesperación era tal que en un arrebato de celos, llegó a atacar a una dama de la corte con unas tijeras.
A su vez, Juana sería maltratada por su marido, furioso ante la conducta de su esposa.
Las escenas en las que Juana reprochaba la conducta lasciva de su esposo, eran aprovechadas por el, para intentar demostrar a los otros miembros de la corte, la frágil salud mental de su esposa.

Muertos sus hermanos Juan e Isabel, asi como el hijo de ésta, el infante portugués Miguel, Juana se convertió en heredera de Castilla y Aragón. Cuando en 1503 su marido Felipe, se marchó a Flandes a resolver asuntos, dejando a Juana en plena gestación, da a luz el 10 de marzo de 1503, en la cuidad de Álcala de Henares, cerca de Madrid, a un barón que se le puso el nombre de Fernando en honor a su abuelo materno, Fernando el Católico.

Juana fue trasladada al Castillo de la Mota. Allí fue mejorando hasta que en noviembre recibe noticias de su marido. Se dispone a partir en su busca de inmediato. Su único deseo era volver junto a su esposo y sus hijos, Carlos y Leonor que también se encontraban en Flandes lejos de su madre. Había decidido marcharse en plena noche del castillo, saliendo corriendo por los pasillos cuando de pronto se encontró con las puertas cerradas, y por orden de los reyes su propio sequito no le respondió. Al no ver salida alguna, Juana decidió permanecer sentada a medio vestir, frente a la verja de acceso, mientras le caía la lluvia, exclamando desesperadamente durante la noche entera que la tenían prisionera.
 A duras penas, la pudieron detener, y se vieron obligados a mandar a llamar a la reina Isabel, que ya estaba gravemente enferma, para que controlara a su hija, de la que tan solo recibió improperios. Ante el empecinamiento de la princesa, no tuvieron más remedio que dejarla partir.

Castillo de la Mota
Ese acto, sencillamente por amor y pasión que sentía por su familia, fue el principal hecho que caracterizó a Juana de su supesta locura. Y fue entonces cuando su mote ya había nacido.
Muerta la reina Isabel el 26 de noviembre de 1504 se planteó el problema de la sucesión en Castilla. El testamento de la reina deja como heredera de la corona de Castilla a su hija Juana, más una cláusula, que indica que en caso de incapacidad, la regencia sería encomendada al padre, Fernando. Esta disposición, ese pequeño anexo, sería la semilla de graves enfrentamientos políticos y que dictaría el cruel futuro de Juana.
Sin embargo su padre la proclamó reina de Castilla, pero siguió él mismo gobernando el reino.
En junio de 1506 Felipe fue proclamado rey de Castilla en las Cortes de Valladolid con el nombre de Felipe I. Pero tan solo tres meses después, el 25 de septiembre Felipe El Hermoso, el marido y gran amor de Juana, fallece en circumstancias extrañas, supuestamente por envenenamiento.
Fue entonces cuando aumentaron los rumores sobre el estado de locura de la dolorida y entristecida Juana. Cuando Felipe murió, Juana decidió trasladar el cuerpo de su esposo, desde Burgos, el lugar donde había muerto y en el que ya había recibido sepultura, hasta Granada, tal y como el mismo lo había dispuesto en su lecho de muerte (exepto su corazón que deseaba que se mandase a Bruselas, como así se hizo). Viajando siempre de noche, la reina Juana no se separó ni un momento del féretro, y éste traslado se prolongó durante ocho fríos meses por tierras castellanas. Acompañaban al féretro un gran número de personas entre las que habían religiosos, nobles, damas de compañia, soldados, y sirvientes diversos que, cual procesión sirvió para que las murmuraciones sobre la locura de Juana aumentaran cada día entre los habitantes de los pueblos que atravesaban.
En la cuidad de Torquemada (Palencia), el 14 de enero de 1507, da a luz a su sexto hijo y póstumo de su marido, una niña bautizada con el nombre de Catalina, en honor a su hermana Catalina de Aragón.  La depresión de la reina seguía agravándose. No quería cambiarse de ropa, no quería lavarse y finalmente su padre decidió encerrarla en Tordesillas el mes de febrero del año 1509, para evitar que se formase un partido nobiliario en torno a su hija, encierro que mantendría su hijo Carlos I más adelante.
Es evidente que se obstaculizó por todos los medios la salida de la reina del palacio, pues no dejaba de ser la legítima soberana y se tenía miedo viéndola, sus subditos se rebelaran, sobre todo contra su hijo Carlos I. De ahí que tanto Fernando El Católico como su nieto Carlos I elegieran a hombres de su confianza para poner al frente de la casa de Juana, que fueron, más que gobernadores, auténticos carceleros.
Aproximadamente 7 años después, 1516 murío Fernando II de Aragón, y por su testamento, Juana se convertio en reina nominal de Aragón, pero varias instituciones de la corona aragonesa no la reconocían como tal; entretanto, ahora su hijo Carlos se benefició de la conyuntura de la incapacidad de Juana para proclamarse rey, aprovechandose de la legitimidad que tenía su madre como heredera de los Reyes Católicos en Castilla y Aragón. De forma que se añadió él mismo los títulos reales, que por derecho le correspondían a su madre. Así oficialmente, ambos, Juana y Carlos, correinaron en Castilla y Aragón, de hecho, ella nunca fue declarada incapaz por las Cortes Castellanas ni se le retiró el título de reina. Mientras vivió, en los documentos oficiales debía figurar en primer lugar el nombre de la reina Juana. A la muerte de Fernando El Católico, ejerció la regencia de Aragón al arzobispo Zaragoza, Don Alonso de Aragón, hijo natural de Fernando y en Castilla el Cardenal Cisneros hasta la llegada de Carlos desde Flandes. Cuando éste llegó, mantuvo a su madre encerrada y ordenó que la obligasen a escuchar misa y confesarse empleando tortura si fuera necesario.
 Carlos I de España
 Nunca más se le permitó salir del palacio de Tordesillas. Permaneció en una casona-palacio-carcel y sólo podía visitar la tumba de su esposo que se encontraba a corta distancia del palacio durante un tiempo, antes del traslado de los restos de Felipe a Granada en 1525, ni a pesar de que en Tordesillas se declarara la peste. Su padre Fernando, y después su hijo Carlos, siempre temieron que si el pueblo veía la reina, la legítima soberana, se avivarían las voces que siembre hubo en contra de sus respectivos gobiernos.
En los últimos años, a la supuesta enfermedad mental se unía la física, teniendo grandes dificultades en las piernas, las cuales finalmente se le paralizaron. Entonces volvió a hablarse de su indiferencia religiosa, llegandose incluso a comentar que podía estar endemoniada. Por ello, su nieto, Felipe pidió a un jesuita, el futuro San Francisco de Borja, que la visitara y averiguara que había de cierto en todo ello. Después de hablar con ella, el jesuita aseguró que las acusaciones carecían de fundamento y que, dado su estado mental, quizá la reina no había sido tratada adecuadamente.
Disfrutando unicamente de la compañia de su última hija, Catalina, que vivía con ella en el palacio de Tordesillas, también por desgracia la tuvo que abandonar en 1525 para casarse con Juan III de Portugal.
Maltratada física y psicologicamente por sus propios sirvientes, encerrada por orden incial de su padre y luego por su hijo, permaneció en su palacio-carcel durante 46 años. 
Juana volvío a ser una reina cautiva, como aseguraba su hija Catalina, cuando comunicaba al emperador que a su madre no le dejaban siquiera pasear por el corredor que daba al río:
"...y la encierran en su cámara que no tiene luz ninguna" 
La vida de Juana se deterioró progresivamente, como testimoniaron los pocos que consiguieron visitarla.
El Viernes Santo día 12 de abril de 1555 fue la muerte a la que todos tememos, la que la liberó de su largo encierro, falleciendo Juana a los 75 años de edad. Su cádaver es depositado en la iglesia Real Convento de Santa Clara, hasta que es trasladado en 1574 a Granada, donde descansan sus restos junto a los de su esposo.
La mayoría de historiadores coinciden ahora en que padecía de melancolía y trastorno depresivo severo.
Pero quién no padecería de estos síntomas, tras pasar por la pérdida del gran amor de su vida, más tarde ser encerrada por orden de los seres que ella más quería durante 46 largos años y llegar a ser maltratada durante estos, injuriada y llamada "Loca" aún 500 años después?
La figura de la reina Juana fue muy atractiva para el romanticismo, porque reunía una serie de características muy queridas por éste: la pasión arrebatadora de un amor no correspondido, la locura por desamor y los celos desmedidos. Tanto fue así, que numerosos artístas consagraron alguna de sus obras al personaje de Juana.

 Una vez más el afán del poder y de la corona de unos, significaron la agonía y muerte de otros.
A lo largo de su vida tan solo conocío la traición, el dolor y la soledad, espero con todo corazón que al menos ahora tenga paz y libertad, algo que ni el gran Fernando II de Aragón, ni el gran Carlos I de España, con sus inmensos poderes y títulos fueron capaces de darselo.
Este artículo está dedicado especialmente para Juana, deseándole que dónde quiera que esté, haya encontrado la felicidad que nunca pudo encontrar en esta vida.
Tumba de Felipe y Juana en la Catedral de Granada 

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23 comentarios:

CarmenJimenezV dijo...

Nunca había leído nada sobre Juana y realmente me parece una figura muy interesante. Sin duda no menos interesante que Catalina de Aragón, una de las reinas más fascinantes de todas.
Gracias por la entrada, y enhorabuena!
xxx

Unknown dijo...

¡Qué no es locura, que es amor!.
Me estoy leyendo "El trágico destino de los hijos de los Reyes Católicos" y me ha dejado impactado como el marido, padre e hijo hicieron lo posible por arrebatar el título de reina de Castilla a quien correspondía. Como la dieron una vida tan triste solamente por conseguir el poder. Menudos desgraciados.

Sydney Klevesath Cabrera dijo...

Hola Alfon, sin duda la vida de Juana I de Castilla es algo que no te dejará indiferente! Cuando yo supe por vez primera de ella, sabía que jamás me pudiera olvidar de lo que le hicieron. Y si, todos los hijos de los Reyes Católicos sufrieron un destino más que desafortunado. Una vida más triste que la otra. Muchas gracias por tu comentario y por haber dedicado algunas palabras a mi blog. Saludos y Feliz Año Nuevo.

Aquiles Castro dijo...

Historias que hoy en día siguen ocurriendo porque a pesar que el tiempo ha pasado ,el hombre no ha logrado tener consciencia terriblemente triste saber que existen personas tan malvadas y desalmadas que logran que una persona brillante se recluya de por vida encerrada en un cuarto ,y que a nadie le importe se necesita ser de un corazón y alma muy negra como el averno para hacer eso con tu hija con tu madre,con tu hermana,desgraciadamente esas personas no saben lo que hacen

Unknown dijo...

Hola Sydney. No hay de qué.
A raiz de mi anterior cometantario sobre el libro que me estaba leyendo, decidí seguir leyendo algo más sobre Juana. Buscando por internet encontré un libro de una escritora francesa, Catherine Hermary-Vieille, "Loca de amor" y de segunda mano lo conseguí. Estoy ya apunto de acabarlo y me está gustando muchísimo, no tanto su vida, encerrada y apartada de sus hijos sólamente por estar enamorada y no soportar las constantes infidelidades de Felipe. Muy recomendable.
"Yo la reina".

Sydney Klevesath Cabrera dijo...

Mil Gracias de nuevo Alfon Castilla, no solo por tus comentarios sino también por esas recomendaciones tan interesantes!!
Están todos en mi lista de "Pendientes para leer!" :-)

Y por supesto muchísimas gracias también a Gra GF por tus palabras y tenerte como lector!! :-)

Muchos saludos desde Las Palmas

Anónimo dijo...

Según el articulo de wikipedia sobre Juana I de Castilla, o Juana la Loca, esta mujer era absolutamente no cristiana, o no católica: su madre la reina Isabel la catolica ya estaba asustada por que juana era absolutamente no creyente en el cristianismo y se negaba a practicar los ritos del cristianismo o catolicismo. A lo largo de su vida siempre se negó a practicar el cristianismo Qque explicacion puede tener este agnosticismo o no religiosidad? ¿Remotamente podria ser debido a que de niña vio y conoció datos de la extrema crueldad de la reina Isabel la Catolica contra los judios españoles y sus consejeros religiosos catolico? Nota: la reina Isabel la Catolica era en parte descendiente de los Lancaster ingleses; una abuela o bisabuela de ella, Catalina de Lancaster, fue reina regente de Castilla, una extraña reina posiblemente alcoholizada.

SHEIK dijo...

Gracias por tu "pequeño homenaje" a Juana 1 de Castilla, la verdad es que tuvo una vida mucho más dolorosa que la de su hermana Catalina de Aragón (por lo menos Catalina fue feliz la mayoría de su vida). Juana tenía una personalidad súper interesante, apasionada y compleja, era súper interesante, aunque parece que sólo vino al mundo para parir y sufrir celos, en fin, Que descansé en paz!!!

Mary Tudor dijo...

Hola Sydney!

Por fin pude leerme tu artículo sobre Juana de Castilla. Me ha encantado! Y estoy completamente de acuerdo con tus conclusiones sobre su figura.

Juana nunca estuvo loca. Es un mote q ha trascendido históricamente de forma mal intencionada, igual que con María Tudor trascendió el "Bloody Mary". Y todo por intereses de unos cuantos.

Felipe el hermoso maltrató a Juana psicológicamente hasta hacerla una mujer completamente dependiente de su esposo. Los enormes celos q sentía, provocados por el profundo amor q sentía por su esposo, fueron la mejor baza de Felipe para tenerla siempre a su merced y para, posteriormente, comenzar a difundir el rumor de q su mujer no estaba bien de la cabeza, para quedar él bien ante su corte y consejeros.

Una baza, la de la locura, q luego tb fue aprovechada por su propio padre, Fernando el católico, para poder seguir reinando en Castilla y Aragón tras la muerte de Isabel. Y por su propio hijo Carlos, para tomar el control y el poder directamente, saltándose la generación de su madre y no esperando siquiera a q ella falleciera para tomar las riendas como heredero q era. Para q esperar?

Sin duda, a todos les vino muy bien la supuesta locura de Juana para sus propios intereses. Una pena cómo acabó esta mujer, pasándose más de media vida encerrada, maltratada y tenida por una completa loca...

Muy buen artículo, Sydney! Enhorabuena! ;-)

Anónimo dijo...

En el centro turístico de Madrid (La Latina) hay un bar-restaurante de gente guapa que se llama "Juana la Loca". Deberían multarles. ¿Acaso tienen derecho a difamar sobre una mujer histórica de un modo que sería penado con alguien actual? Nunca entré ni pienso hacerlo.

Anónimo dijo...

Olvidé darle las gracias por el atractivo blog, y los datos, Sidney

Sydney Klevesath Cabrera dijo...

Mil gracias a cada uno de ustedes por tan bellas palabras!! Todos estos artículos no serían nada sin vuestro apoyo y os estoy muy agradecida por dedicar vuestro tiempo a este blog, que lo es todo para mi. Referente al restaurante llamado "Juana la Loca" te puedo decir que estoy absolutamente de acuerdo contigo. Se trata realmente de la difamación de un personaje honorable histórico, pero la triste verdad es que posiblemente ni siquiera sepan porque,...
El caso es que me alegra saber, que 500 año después de su muerte siguen habiendo seguidores de Juana I de Castilla. Así que gracias a ti por tu fidelidad y lealtad.
XXX

Unknown dijo...

Viva Juana !!nadie puede aguantar lo que ella aguantó .es la mejor!!

Unknown dijo...

Viva Juana !!nadie puede aguantar lo que ella aguantó .es la mejor!!

Anónimo dijo...

Una historia que se repite aun e nuestros tiempos cuando las mujeres aun no gozamos de absoluta libertad y todavia tenemos los esquemas de vivir bajo el poder de tus padres y pasas al poder del esposo.. triste pero cierto.

Sandra dijo...

Gracias por rescatar a la Reina Juana I de Castilla. Excelente resumen.

Unknown dijo...

Juana, la única reyna, que fue eje central de todos los reyes europeos. Nieta de reyes, hija de reyes, sobrina de reyes, hermana de reyes, cuñada de reyes, madré y abuela de reyes, tía de reyes ....

Unknown dijo...

De que le faltaba un tornillo, sí era cierto, pudo liberarse cuando los comuneros la visitaron y ésta los rechaza dejando la corona a su hijo. No hay duda de la falta de amor de su padre y sus hijos hacia su madre al tenerla abandonada lejos de la Corte.

Unknown dijo...

De que le faltaba un tornillo, sí era cierto, pudo liberarse cuando los comuneros la visitaron y ésta los rechaza dejando la corona a su hijo. No hay duda de la falta de amor de su padre y sus hijos hacia su madre al tenerla abandonada lejos de la Corte.

Unknown dijo...

Maruxa Oñate Español. Mi tesis Doctoral tenía ese nombre Doña Juana I de Castilla, ahora sé que cuando es la I no se pone sino de donde es, pero sin I. creo que quienes escribimos sobre doña Juana de Castilla y los que podamos tener un conocimiento profundo deberíamos unirnos, un día yo escribía sobre Zalama que todos los que escribíamos sobre doña Juana éramos su Urdimbre Afectiva porque de tanta profundidad como trabajamos terminamos siendo algo desde ella través de la comprensión. Dejo mi Blog y por mí nos ponemos en contacto para continuar. Yo en breve comenzaré a poner de mis hipótesis realizadas un saludo Maruxa Blog: Arte Ciencia y Maltrato. Un saludo

Unknown dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con Mary Tudor, mi opinión es que el problema de Juana fue ser psicológicamente abusada por su marido... esto terminó trastornándola. No puedo decir que no tuviese algo ella ya por sí misma (aunque si nunca antes en su vida había dado muestras de algún tipo de trastorno dudo que lo hubiese realmente) pero tenemos que tener en cuenta que a esta chica la enviaron con solo 17 años a un país extraño a casarse con un desconocido. Algo que era muy normal en la época y que ella debía tener asumido, pero que aún así, no siendo tu elección, ya te trastorna.
Luego le sumamos que en Flandes estaba sola, porque su marido se deshizo de casi todo su séquito, que el contacto con sus padres era mínimo (si nos fiamos de esos que dicen que Felipe escondía las cartas que enviaba su familia) y que su pueblo no la quería por ser extranjera, lo único que le quedaba a la pobre Juana era su marido. Ese hombre guapo que le daba orgasmos y era el único que le daba algo de cariño.
A mi manera de ver, en el momento en que vio que perdía su interés, que se iba a quedar completamente sola, fue cuando dejó salir un poco su carácter, que Felipe se encargó de anular rápidamente, como cualquier buen maltratador... he leído por ahí que no solo eran abusos psicológicos, sino también físicos en ocasiones...
El caso es que este hombre la aisló de tal manera que solo él era el centro de su mundo, y cuando quería algo de ella, la amenazaba con dejarla y quitarle a los niños.
Este tipo de hombres que hoy en día se ve bien poco, vamos...
A esto la sumamos la muerte de sus dos hermanos y de su madre, de quienes no se pudo despedir... más lo veía a él como el centro del universo.
Todo ese incidente de quedarse tirada junto a la verja y acarrear el ataúd durante ocho meses los considero derivados ya del trastorno y la depresión.
Respecto al padre y al hijo poco tengo que decir, excepto que me parecen tan sinvergüenzas como el marido... se aprovecharon de su debilidad para robarle el trono. Que oye... al país les fue con ellos, tuvo su momento de gloria, pero ¿quien sabe cómo hubiesen sido las cosas si hubiese gobernado ella?
Quizás, si Juana hubiese nacido en ésta época, habría plantado cara a su marido maltratador... o quizás habría terminado obsesionada de la misma manera... una pena no saber nunca la verdad.

Por cierto, haciendo un punto y a parte, las vidas de los hijos de los Reyes Católicos me parecen bastante trágicas, sí, exceptuando a María de Aragón, casada con Manuel I de Portugal, marido de su hermana (flipé muchísimo cuando descubrí esto, y lo peor es que no debería asombrarme... la endogamía aquí abundaba, probablemente todos esos trastornos y enfermedades de las familias reales venían de ahí...), parece haber llevado una vida bastante tranquila allí en portugal, dando a luz a mil niños... aunque es cierto que no estoy muy puesta en el tema.

Como final, me ha encantado el artículo, me encanta leer cosas de este tipo donde ves diferentes puntos de vista!

Unknown dijo...

Me ha encantado, me encanta leer sobre doña Juana de Castilla. Maruxa Oñate Español doctora en psicología. El título de mi tesis doctoral Doña Juana de Castilla: La Reina maltratada. Pues bien, mando mi Blog y me encantaría intercambiar todo lo que pueda. En pocas fechas me editan el libro de la tesis y si nos ponemos en contacto podríamos no ayudarnos a nosotros sino ayudar a Doña Juana porque algo más o menos dice Zalama (gran escritor de Doña Juana y conocedor de la Reina)que los que trabajamos para doña Juana terminamos siendo algo así como su "Urdimbre afectiva". Como hubiera dicho Rof Carvallo. Un saludo afectuoso y envío la pagina de mi blog. Maruxa Oñate http://artecienciamaltrato.blogspot.com.es/

Josè Luis Sùjar Romero dijo...

En este último libro, El gato de la Reina, el autor hará un intento de acercamiento a una soberana Juana I de Castilla, cuyo “Mal de la mente” le hará vivir apasionadamente un amor no correspondido por su esposo y que a nivel del análisis, de su psicobiografía, este último pudo influir en la presentación y agravamiento de la enfermedad de su madre la Reina católica, donde como línea de trabajo el autor se plantea el análisis psicopatológico de la figura de esta Reina incluido el maltrato psicológico, que tuvo a su alrededor.
En la Flandes de los negocios de la lana de Castilla y dentro del entresijo diseñado con esmero por los Reyes Católicos, que en su intento de ampliar sus dominios besados por la fe de Cristo, van a diseñar toda una política de matrimonios reales con su aliado Maximiliano, Emperador del Sacro Imperio Romano, en contra de su enemigo natural, el Rey de Francia. En medio de todo este desaguisado va a aparecer una figura especial, doña Juana, que en un principio no estaba preparada para ser Reina. Pero el azar en forma de Tánatos tropezando con sus hermanos, la van a situar en primer plano como reina casada con un archiduque que se adorna de cierto aire de sociópata, el cual debido a un mal control de sus impulsos le van a consumir en deslealtades amorosas con todo tipo de mujeres, que van a influir en parte en el desajuste emocional y precipitación de una personalidad distímica con rasgos de celotipia de la Reina analizada, disparada en forma de crisis hacia la psicopatía, pero, por otro lado, la inteligencia natural de esta Reina le va a permitir llevar con dignidad incluso un largo encierro, cumpliendo su misión de viuda enamorada y madre protectora del Emperador Carlos V, que también va a abusar de ella. Podemos imaginarnos la vergüenza sentida por aquel hijo desagradecido, que no solo había usurpado el trono, sino que además robaba sin pudor el tesoro familiar.
Ordenando que su madre no abandonase Tordesillas aunque la peste estuviera llamando a la puerta de los aposentos de la Reina, encerrándola con su hermana, la pequeña Catalina. Su última cárcel, su última parada, ya que su propio padre el Rey Fernando anteriormente también la había enclaustrado, todos cegados por la fantasía de la hedónica del poder, donde sus egocentrismos en forma de ansias de conseguirlo, no le van a impedir maltratar a la Reina de Castilla.

Colección: Novela
ISBN: 978-84-9183-971-2
Formatos: Tapa blanda
Tamaños: 15x21
Páginas: 160

Biografía:

Jose Luis Sujar Romero es especialista en medicina familiar y comunitaria, psiquiatría y doctor ex-colaborador honorario del departamento de Psiquiatría en la Facultad de Medicina Málaga, Cátedra Ruiz-Ruiz.
Ha sido secretario de la Asociación Española de Psicología Médica y Medicina Psicosomática (ASIMEP), así como de la Sociedad Andaluza de Medicina Psicosomática (SAMP).
Entre sus libros destacan los siguientes: Alteraciones nutricionales de los enfermos geriátricos relacionados con la depresión (texto de la tesis de licenciatura en la Facultad de Medicina de Córdoba). Trastornos psicopatológicos de la imagen corporal (texto de la tesis en medicina en la Facultad de Medicina de Málaga, Proyecto de investigación en psiquiatría y psicología médica (texto de las pruebas de acceso a la titularidad en el departamento de Psiquiatría de Córdoba). Las luces del alba (Ediciones El Almendro, 2012; reimp. noviembre 2012). El médico del Rey muerto (Ediciones El Almendro, 2014). La Escuadra del Tajo (Ediciones El Almendro, 2016).



Jose Luis Sujar Rom

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