Hoy tengo el grandísimo honor de contaros una vez más una historia,.. pero ésta, como vais a a ver, ocurrió no hace unos cuantos siglos,... sino aproximadamente unas tres semanas.
Ni tampoco se trata de reinas ni de reyes, al menos no directamente, sino tan solo de mi humilde persona.
No corre sangre real por mis venas, de hecho ni siquiera inglesa, pero si que tengo un corazón que late más deprisa cada vez que escucha las palabras Reino Unido y Edad Media en una sola frase,... un corazón, que parece salirse de mi pecho cuando hago clic en: "Confirmar Reserva" y puedo imprimir el localizador con destino a:
Londres
Pero que os parecería a ustedes, si en "nombre de viajeros" tan solo apareciera el vuestro y ninguno otro más...?
Y si en el número de huéspedes para vuestra estancia tan solo pusieras: 1.
En mi caso os puedo asegurar, que fue una mezcla extraña entre felicidad absoluta y algo de temor por lo desconocido.
El miedo por lo incierto, por no saber como saldrán tus objetivos, y por preguntarte que pasará mañana, pasado,...
Pero después de mi pequeña aventura puedo decir, que quizás sea exactamente eso, lo que realmente merece la pena experimentar. Es más, ese sentimiento es lo que hace que tu corazón lata más deprisa, es la esencia de una vida apasionada.
Y si tu vida no está marcada por momentos apasionados y un corazón apunto de salirte por la boca, entonces amigo mio, permítame decirte, que no sabes lo que te pierdes.
Y os digo más, la sensación de sentarte en un avión, y que no haya nadie, que te espere en el lugar de destino,... esa libertad, cuando te despiertas por la mañana y decides hacer lo que te hace feliz, permanecer sentado cinco minutos más enfrente de Westminster Abbey, sacar una foto más de las ruinas de Sudeley Castle....La sensación de "buscarte la vida", de levantarte e investigar para descubrir, preguntar a quién sea por una dirección, y de perderte completamente es la mejor del mundo.
Os puedo asegurar, que estando solo en un país extranjero, tenéis los cinco sentidos a punto de estallar, ansiosos por ver, oír, sentir,... buscando desesperadamente la belleza en cada uno de los detalles, que se te cruzan en el camino,.. y creédmelo cuando os digo que en Inglaterra de esos hay muchos.
Paseando solo, ya sea por los callejones medievales de York, o por los caminos rurales de Winchcombe, eres capaz de fijarte en detalles en los que quizás no te hubieras fijado estando acompañado.
Y fueron ellos, de los que he sido testigo, los que me han hecho sentir la felicidad más inmensa, amor y pasión incondicional por la vida misma, la historia y como no, Inglaterra.
Mi pequeña aventura comenzó a finales del año pasado, al descubrir inesperadamente y por plena casualidad sobre el Castillo de Sudeley, que aún estaba en busca de voluntarios para el año 2014.
Leyéndome aquel artículo detalladamente tenía clara una cosa:
"Yo quiero ser Voluntaria en Sudeley Castle" y si,... cueste lo que cueste.
Sudeley Castle se encontraba desde hacía tiempo en mi lista y en la primera fila de lugares pendientes por visitar.
Y no solo por su belleza de fabula, sino por la gran historia que se encierra entre sus paredes y por ser además el lugar de descanso de Catherine Parr, Reina de Inglaterra e última esposa de Enrique VIII.
Sudeley Castle
La temporada para cualquier voluntario en Sudeley Castle empieza en Marzo y termina en noviembre, pero como para mi eso era algo fuera de mi alcance, me puse directamente en contacto con la directora del Castillo, preguntándole sobre la posibilidad de ser voluntaria tan solo para unos cuantos días durante mis vacaciones en Inglaterra.
Y os digo que por normal general eso no es posible,...
Pero hablando de milagros y castillos,... para mi sí lo fue, y aún recuerdo haber abierto el correo de ella, diciéndome, que estaría más que encantada que darme la bienvenida como voluntaria al Castillo de Sudeley.
No sé si era porque la directora tan solo tenía un buen día, o porque las estrellas estaban en la alineación correcta (como hubieran dicho los médicos en la edad media), o porque estaba escrito o porque quizás el destino estaba realmente hasta las narices de mis "suplicaciones" y quería librarse de mi, aunque solo fuera por una semana.
El caso es que si, me fui sola a Inglaterra, trabajando como voluntaria en un castillo y viviendo ni más ni menos que en una casita rural en un pueblo llamado Winchcombe.
Mi Cottage
Llegar desde el aeropuerto de Gatwick hasta Winchcombe ya era todo una aventura, al encontrarse casi a tres horas en coche de distancia.
Pero después de haber cogido el autobús hasta Oxford, que está a medio camino y tomándome un chocolate caliente nada más llegar, tenía claro, que esta experiencia era algo muy difícil de olvidar.
Sobre todo por el hecho, que estaba esperando a un desconocido para que me llevara a mi cabaña en el pueblo más remoto que haya existido jamás.
Pero ese desconocido se convierto en alguien realmente agradable y quién me llevó sana y salva por las praderas de Gloucestershire hasta la estancia, que en los próximos siete días se iba a convertir en mi casa.
Aún me acuerdo la primera mañana despertándome en mi nueva casa por los cantos de los pájaros y ver que ya estaba amaneciendo lentamente,... pero el reloj me decía que eran aún las cinco y media de la mañana,....
Para los pájaros de Winchcombe una hora perfecta para levantarse y cantar!
Y ese era el comienzo de una aventura llena de emociones y sueños hechas realidad.
Llegar al castillo de Sudeley, que se encontraba solo a una corta distancia a pie desde mi casita y cruzarme con el letrero: WELCOME AT SUDELEY CASTLE AND GARDENS
se quedará grabado en mi memoria posiblemente para siempre.
Había visto el castillo un sinfín de veces en fotografías y sabía que me esperaba una belleza abrumadora pero aún así, viéndolo con mis propios ojos, no hay palabras que lo puedan describir.
Y puedo decir además, ahora después de haber visitado algún que otro castillo o palacio, que Sudeley Castle sea posiblemente uno de los más hermosos de todo el mundo.
Pero no solo por la belleza que desprende, sino también y sobre todo por su historia. El lugar es tan lleno de vivencias del pasado, de incontables leyendas, que es imposible que te deje indiferente, ya sientas pasión por la historia o no.
Hay tanto que contar, que hasta los muros desean susurrartelo,... al menos a veces eso me había parecido. Puertas que se abrían solas y retratos que parecían perseguirte con sus miradas.
Los miles de objetos del pasado, tesoros medievales, esperando a que les prestes atención!
Cartas originales de Catalina Parr como también su libro de oraciones, documentos escritos por Enrique VII y Enrique VIII, retratos verdaderos del Renacimiento, ropa de la era Tudor, joyas personales de la reina Victoria, objetos de la Guerra Civil, de la Revolución Francesa, tejidos elaborados por Ana Bolena, la lencería de cama de Maria Antonietta,. y mucho mucho más.
Y cuando ya crees, que has visto todo y empiezas a pasear por los jardines, te faltará hasta el aliento. Jardines secretos, laberintos, charcos encantados, mares de flores y como no, algún que otro pavo real.
Algo realmente abrumador e importante para mi era la pequeña capilla de St. Mary, que se encuentra en los propios jardines. Ahí es dónde descansa Catalina Parr, un lugar mágico y hermoso. Lo que desprende es paz y yo la sentí personalmente, mientras me sentaba en uno de sus tan antiguos bancos, escuchando el coro que salía por los pequeños altavoces.
Hasta las abejas, mariquitas y erizos tienen sus propias casitas hechas con todo el amor del mundo por los jardineros del Castillo.
A más tardar, cuando el equipo entero del Castillo de Sudeley me recibió más que con los brazos abiertos y me veía debatiendo con cada uno de ellos, sobre la historia medieval, mientras llevaba una chapa con mi nombre que decía "Volunteer", sabía con certeza que quizás ésta era la semana más feliz de mi vida.
Aún me acuerdo de cada de uno de mis compañeros, todo lo que me aportaron y enseñaron en tan solo una semana. Y si, hasta alguno que otro abrió su corazón, hablándome de sus vidas, de sus sueños y temores a una chica tan joven, que venía desde las Islas Canarias tan solo para poder estar ahí con ellos. Pienso en como me hicieron reír y como me emocionaron por enseñarme a mi, unas habitaciones algo especiales y cerrados para el público. Habitaciones con tesoros reales del pasado, solo accesibles para los empleados de más confianza.
Y de repente, me he encontrado yo en esos salones y he sentido la historia de tal forma que la piel se me erizaba.
Ahora sabéis porque he mencionado la palabra "milagro".
Ya que para mi eso, no es algo que te pase con frecuencia, y es algo de que prácticamente había soñado toda mi vida.
Cuando mis amigos de la infancia soñaban con ser cantante, astronauta o besar a Leonardo Dicaprio yo solo soñaba con castillos medievales.
Pero ahí mi pequeña aventura no había terminado sin más, porque aún quedaba por vivir una experiencia llena de emociones y latidos veloces de mi corazón.
Un escapada planeada meticulosamente y deseada desde hacía mucho tiempo.
Un viaje al norte de Inglaterra, a la cuidad de York.
York que pertenece a unas de las ciudades más antiguas de toda Gran Bretaña con tantísima historia y lugar favorito del mismísimo Ricardo III.
Al haberme adentrado en las vidas de los protagonistas de las Guerras de las dos Rosas, y por lo tanto en las de Ricardo III y Anna Neville, no pude detener la admiración y afecto que empezaba a sentir hacía ellos dos.
Alejándome algo de la época Tudor, leía noche tras noche novelas históricas y biografías cuando la rosa blanca de York y la rosa roja de Leicester dividían el país.
Ricardo III, que ahora se ha convertido en unos de mis personajes históricos favoritos, sentía una lealtad y un amor profundo hacía el condado de Yorkshire, y sus habitantes sentían lo mismo por el.
En York fue, dónde se sentía en casa,... y como muy bien dice el refrán "Home is where the Heart is".
Y aunque os parezca una locura, pero cuando lees, oyes y ves tanto sobre algo en concreto,... empiezas a SENTIR también.
Y sobre todo yo, que soy una sentimental supongo.
Pero si, para mi era imposible haber leído durante muchos meses las historias y leyendas del norte de Inglaterra sin haber visitado York.
Así que desde mi pueblo remoto de Winchcombe, cogí el autobús hacía una cuidad vecina, llamada Cheltenham. Y ahí fue, dónde me compré mi billete de tren para ir a la cuidad medieval de York.
Y si, York era lejos de dónde yo me encontraba,... exactamente unas tres horas en tren.
Si se me hizo largo el viaje,..? No, en absoluto.
Es más, nerviosa como una niña antes de Nochebuena, y viendo pasar desde la ventana del tren, los diferentes paisajes desde el condado de Gloucestershire, atravesando el de Warwick- y Leicestershire hasta llegar al de Yorkshire, mientras el sol me iluminaba la cara, será algo que siempre recordaré.
Llegué a York completamente entusiasmada y por fin me encontré delante de Micklegate Bar, la entrada más importante y sofisticada de todas las demás para adentrarse en la cuidad en los tiempos medievales.
Hoy en día, se esconde un pequeño museo detrás de sus muros misteriosos, que os recomiendo realmente que visiteis, si algún día os encontráis en York.
Micklegate Bar
Desgraciadamente tuve un tiempo bastante limitado ya que iba a volver el mismo día a Winchcombe, pero aún así vi (casi) todo lo que me había propuesto para ese día.
Digo "casi", porque tras haber preguntado a varias personas que se cruzaron en mi camino, al preguntarles por el Museo de Ricardo III y finalmente al haber encontrado a alguien que sabía la respuesta, me comentó que estaba en obras y por lo tanto cerrado.
Pero aún así, una razón más para volver pronto!
De ese modo tuve más tiempo, para pasear por los famosos callejones medievales de "The Shambles" con tienditas hermosas, demasiadas hermosas quizás... para una compradora compulsiva como yo!
Por ello, cuando ya el peso de las bolsas de compra acabaron con mi cuerpo, decidí alejarme de ellas, "esconderme" en el Starbucks y tomarme el mejor chocolate caliente con sabor a vainilla y especies.
Las calles de "The Shambles" se hizo su propio espacio en mi lista de los lugares visitados más bonitos durante todo mi vida.
Es algo que realmente deberías haber visto con tus propios ojos! Parece un autentico viaje en el tiempo! Los callejones con las casas medievales, que aún conservan todo su romanticismo y esplendor de aquella época.
Las callejuelas tan estrechas que las casas de un lado y del otro casi parecen rozarse.
Supongo que es ahí, dónde más sientes la atmósfera histórica de la cuidad y es algo que realmente deberías haber vivido.
York Minster
Un viaje en coche, que resultó ser bastante agradable y sobre todo gracioso, cuando el señor mayor me preguntó incrédulo y con su acento británico que tanto me emociona:
"que demonios hace una chica joven y extranjera en la Abadía de Tewkesbury a las siete de la mañana?"
Y al yo contarle que había sido uno de los lugares más primordiales para la batalla de Tewkesbury en 1471 dónde la casa de York luchaba contra la casa de Lancaster, me dijo que se sentía totalmente avergonzado, de que una joven canaria le tuviera que dar "clases de historia británica" ya que nunca había oído hablar de ello..
Pero esa abadía amigos míos, no es una cualquiera,...
Recordando todas las abadías que visité a lo largo de mi vida, (que no han sido pocas), puedo decir con certeza, que la Abadía de Tewkesbury es la más hermosa y mística de todas.
También puede que influya su historia.
Cuando tuvo lugar la batalla sangrienta de Tewkesbury en los campos justo enfrente de la Abadía, los líderes más importantes de la casa de Lancaster, al presenciar su derrota, escaparon para refugiarse en ella.
Todos ellos, enemigos de los Yorks, entraron lleno de miedo y desesperación en la Abadía de Tewkesbury para buscar protección.
Campo de Batalla de Tewkesbury
Y normalmente eso hubieran recibido sino hubiera sido por Eduardo IV.
Las Abadías eran las casas de dios y era totalmente impensable entrar para matar a los refugiados.
Ahora ellos estaban "protegidos por dios" y nadie podía entrar para cambiarlo.
Pero Eduardo IV, sentía mucho odio y rencor hacía los Lancaster,... muchos de ellos responsables por la muerte de la mitad de su familia.
Así que después de intentar de que salieran y que se rindieran, y al no suceder esto, optó Eduardo IV entrar con sus hombres a la misma Abadía.
Fue entonces cuando empezó la lucha que derramó sangre,... tanta sangre, que la abadía tuvo que cerrar durante tres días sus puertas, por única vez desde su creación en 1102 hasta el día de hoy, para limpiar los suelos de mármol teñidos de rojo y de los objetos sagrados.
La casa de Lancaster fue derrotada y para York volvió a salir el sol en todo su esplendor.
Cuando te sabes esas historias con tanto detalle y caminas repentinamente por los suelos de aquella Abadía de Tewkesbury queda claro, que no es una visita que se suele hacer todos los días.
En la misma Abadía también se encuentran enterrados los restos de George Plantagenet, Duque de Clarence y de su esposa Isabel Neville
Mi viaje llegó a su punto culminante, cuando le hice una visita a la cuidad de Gloucester.
El fin de esa visita fue un acontecimiento algo inesperado y casual, ya que llegué a saber de el, justo dos semanas antes de partir a Inglaterra.
Pero por ello me sentí aún más afortunada y honrada!
Justo el tiempo que yo iba a pasar en Reino Unido, a tan solo unos pueblos de distancia, iba a tener lugar el festival de Ricardo III.
Pero eso aún no era todo, porque en ese festival iba a asistir la guionista llamada Philippa Langley, que fue la responsable y descubridora de los restos encontrados en el año 2012 en el aparcamiento de Leicester de Ricardo III.
La llegué a "conocer" y a admirar a través de varios documentales con respecto al descubrimiento de los huesos.
Después de aquello, ella escribió un libro sobre aquel hallazgo tan importante.
Y este año lo publicó titulando "The Search of Richard III"
Unos de esos días del festival, ella iba a dar un discurso y por ello firmar los libros de cualquiera que lo deseara.
Y yo, evidentemente era una de ellos.
Asi que, cogí el autobús hacía el museo de Gloucester, dónde iba a asistir al discurso de Philippa Langley, y en primera fila.
Otra experiencia única para añadir a mi lista haber oído con las propias palabras, de quién había encontrado tras muchos años de trabajo duro y noches sin dormir los restos del último rey de los Plantagenets y el último en morir en el campo de batalla, como había sucedido cada detalle del descubrimiento.
Reconstrucción de la cara de Ricardo III
Después de ello, me vi enfrente de ella, sonriéndole y dándole el libro para que lo pudiera firmar. Y claro que tuve que aprovechar ese gran momento, para decirle personalmente, que había seguido todos los pasos del hallazgo, desde la Isla de Gran Canaria, agradeciéndole todo lo que había conseguido con su pasión y admiración por la historia.
Ella quedándose petrificada y emocionada a la vez con mis palabras, dándome las gracias me hizo una dedicatoria difícil de olvidar en su libro, que ahora forma parte de mis tesoros que guardo en mi casa.
Y ya que estaba coleccionando momentos inolvidabes y me encontraba en la hermosa cuidad de Gloucester, tuve que visitar, sin lugar a dudas, la tienda posiblemente más bella y dulce de todo el mundo,....
La tienda de Beatrix Potter.
Para mi no es una tienda,..sino algo parecido como el armario de Narnia,... cuando entras, es como si te encontraras en otro mundo.
Es como si toda la dulzura de la tierra, se hubiera reunido para quedarse en esa tienda situada en uno de los callejones de Gloucester.
Si os estáis preguntando, que quién es Beatrix Potter, tenéis que informaros desde ahora, ya que una vida sin Peter Rabbit, Tom Kitten, Timmy Toptoes y Jemima Puddle-Duck no es vida alguna. :-)
Con eso y un sin fin de pequeños detalles más os digo que la mejor manera de aprender es viviendo aventuras y ser feliz solo cuestión de proponértelo.