El parto y la muerte en la Edad Media

jueves, 15 de marzo de 2012

El parto y la muerte en la Edad Media

Desde hacía algún tiempo sabía bien que muchos niños fallecían al nacer o en los primeros años de su infancia en la edad medieval. El parto también resultaba ser un peligro significativo para la mujer en aquella época.
Hoy he querido saber las causas exactas.
Muchas mujeres tuvieron un hijo trás otro, a veces hasta 10 partos, si es que la madre haya sobrevivido a ellos, en los que tal vez uno había podido soportar la infancia.
Los niños eran algo como un plan de pensiones para los padres. A causa de la necesidad de manos de obra para aquellos padres que vivían en el campo y cierto desconocimiento de anticonceptivos nacían muchos más niños que hoy. Cada familia tenía por termino medio 4 hijos.


Desgraciadamente en la edad media la muerte formaba parte del parto. Se puede decir que había una probalidad del 50% para que sobreviviera un niño al parto.
Y también ya casi había llegado a la normalidad fallecer por haber dado a luz.

Hoy en día el parto resulta ser algo que se realiza con mucha seguridad a la cual, por norma general, no deberían aparecer complicaciones letales.
Pero en la edad media el parto podía acabar en muchas ocasiones con la muerte.
La vida fue marcada por la iglesia y como os podeís imaginar también el nacimiento. Se decía que durante el parto la puerta hacía el infierno estaba abierta, tanto para la madre como para el niño. Por esa razón ambos no se encontraban bajo la protección de la iglesia mientras la madre daba a luz.
En caso del fallecimiento del bebé, había que realizar un bautizo de emergencia. Si ese no se hubiera realizado a tiempo y el niño recién nacido no había sido bautizado, tenía que ser enterrado en el exterior del cementerio común.


Antes del parto para que la mujer pudiera soportar las contracciones, le daban un caldo fuerte y luego la bañaron en agua caliente. Para el parto por norma general le asistían dos mujeres. Una comadrona y una asistente.
La obstreticia era únicamente tarea de las mujeres. Medicos a igual que el padre del niño, no tenían permiso para entrar en la habitación dónde se llevaba a cabo el parto. 
Después del parto le cortaban el cordón ubilical. El niño era bañado con pétalos de rosa y miel y para la limpieza de los ojos, oidos y nariz del recién nacido fue utilizado aceite de oliva. Después el cuerpo del niño era ceñido con lino que también fue sumergido en aceite de oliva anteriormente para evitar deformidades.


Se dice que las comadronas y también las asistentas tenían la obligación de lavarse las manos antes del parto y también cortarse las uñas para no herir al bebé. No obstante, muchos bebés fallecían durante o poco después del parto, ya que no siempre trabajaban sin tener bien desinfectadas las manos, provocando con ellos graves infecciones también a la madre.
Y aunque ella haya sobrevivido después del parto, siempre acechaba el peligro del puerperio.
La madre podía sufrir hermorragias, heridas o infecciones causadas por el parto. Las primíparas sobre todo fallecían muy a menudo por fiebre puerperal.

Las personas veían la muerte de una manera diferente en comparación con las de hoy en día. La muerte estaba omnipresente desde el momento del nacimiento. Las espectativas de vida también eran muy bajas. La muerte les acompañaba practicamente a todas partes. Las mujeres fallecían por culpa de los partos cuando todavía eran muy jovenes. Pero también los hombes morían por norma general a una temprana edad. Los nobles siempre llegaban a una edad más elevada que los pobres. De esa manera reyes y príncipes podían llegar a los 50, una edad muy elevada para esa época.
Las causas de esas muertes eran muy amenudo la lepra, malaria, tuberculosis, difteria y cólera. La peste también estaba al acecho de cualquiera.
Morir de sed, hambre o de frío no er algo inusual por aquel entonces.
La mitad de los niños no llegaban a los 14 años de edad. Las causas del número elevado de niños fallecidos en su infancia podían ser por una higiene deficiente, mala alimentación, sarampión, la viruela, tos ferina, tuberculosis, infecciones y otras epidemias. Todas las personas estaban practicamente abandonados a su destino.

Y desgraciadamente por la falta de posibilidades médicas, la muerte casi siempre era algo lento y cruel. En la mayoría de los casos, solo les quedaba rezar. Por esa razón, la mayoría solo podía encontrar la paz y la esperanza en la religion.
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4 comentarios:

Marta García dijo...

Ahora valoro el antibiótico, la pastilla, el ibuprofeno y todas esas cosas. Nada es peor que intentar curar algo solo con la fe o intentar aliviar el dolor con la oración como principal tratamiento no?

Anónimo dijo...

me gusta la pagina por que dice de como eran los partos y como se asian en la antigüedad y cuantos niños tendrían por año

Su Exelencia Ludovico dijo...

quiero saber o informarme levemente sobre el parto y la vestimenta(en jeneral)de los niños en el tenacentismo o epoca Tudor.
Gracias por atenderme,att Ludovico Duque De Aron(ducado de mi propio reino con mapa planos de palacios,etc.jijijjji)
Me encanta la pajina y sus entradas

Anónimo dijo...

gracias a dios que naci en este siglo , creo q de haber vivido un dolor de muelas y no tener calmantes me hubiese tirado x un barranco

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